Que tal, soy de Ecuador. Mi hermana y yo fuimos tj y nos retiramos hace más de dos años pero estamos inactivas, expulsadas aun no , y ahora estamos pagando aquella culpa por haber permitido que nos manipularan a su antojo; desde muy pequeña asistía con mi hermana mayor. Recuerdo que me gustaba mucho según yo decia "aprender de Diosito", esto fue un disparo para mi profesora de la escuela, luego de los 7 años ya no participaba en ninguna actividad de la escuela : cumpleaños, fiestas cívicas, navideñas y todo lo demás que ellos le llaman "cosas del mundo". Llegué a pensar que mi profesora me odiaba pero en realidad no era a mi sino a la secta ya que ella quería que yo destacara en todos los eventos que se hacían. Pasando los años decidí bautizarme a los 13 años, ya estando en el colegio rechacé también muchas actividades, mis compañeros me rogaban que participara pero yo les tenía que decir “no puedo lo siento”, "mi religión no me lo permite". A vísperas de mi graduación con mis compañeros teníamos pensado postularnos para la universidad. Yo estaba muy emocionada, quería estudiar para contadora y un día en una de las reuniones se me acerca un anciano y me pregunta qué pensaba hacer después de que me graduara; le dije lo que quería estudiar y me dijo : ¿qué crees que piense Dios acerca de eso que quieres hacer? Le dije “hmmm no lo sé”. “Eso no te conviene es una pérdida de tiempo, mejor dedícale más tiempo a Jehová, eso es lo que te va a "enriquecer en sentido espiritual". Me dejé manipular tanto que mi idea de estudiar se fue al caño. Me quedé super desanimada. Estando en la religión conocí a un chico de afuera, " mundano" como le dicen, pasaron muchas cosas que llegó a oídos de los ancianos y me obligaron a terminar con él pero yo ya me había adelantado y ya habíamos terminado, pero en su interrogatorio fueron las típicas preguntas: si nos habíamos besado, si estábamos siempre a solas y ese tipo de cosas. Incluso interrogaron también a mi hermana menor para que ella les dijera todo pero obvio que no, es mi hermana, no me iba a delatar, nos hemos llevado bien siempre. De ahí en adelante comencé a llevar una doble vida, me pegaba unas buenas borracheras, cosas que nunca se enteraron, y luego iba a las reuniones como si nada. Dejé de hacerlo por un tiempo hasta que me fui a vivir a otra ciudad con mi hermana mayor; al principio todo bien, después todo se tornó peor ella no me trataba bien siempre me mezquinaba a sus amigos de la religión que eran sus amigos, no míos. Me entristecía aquella situación.
Un día que supongo ella estaba de malas me votó de su casa y me dijo que yo no tenía que estar allá porque todo lo que hay allá era de ella, que ella lo había conseguido y todo y que yo me fuera de regreso al pueblo pequeño donde nací; regresé y volví a lo mismo, a mi doble vida, mis padres nunca se preocupaban en preguntarnos qué sentíamos o si estábamos bien, solo con despertar cada día y la religión bastaba. Luego conseguí un trabajo en un bazar; casi todos los días trabajaba y llegaba super cansada, a veces no quería ni ir a las reuniones, pero por complacerlos a ellos tenía que ir. Y así eran todos mis días. Hasta que me cansé de todo y decidí irme a la otra ciudad otra vez, pero ya no con mi hermana mayor; ella ya se había casado, esta vez fui a vivir pero con una testigo ya mayor. Fue un infierno vivir con ella, me tenía cansada, todos los días criticaba a los hermanos y luego en las reuniones saludaba a todos como si nada. Todo esto fue haciéndome dar cuenta que lo que reinaba ahí era la hipocresía.
Trataba de conseguir trabajo pero era inútil, no podía conseguir nada, tanto así que a veces no tenia qué comer, acudí a los ancianos pero solo me decían que debía predicar más y que Jehová iba a "proveer". En las predicaciones pasaba por la universidad y me acordaba de lo que yo quería hacer hacía unos años, pero como no tenía el valor para salirme de la religión en ese momento solo miraba con nostalgia y me retiraba. Y así pasaron los meses y hablé con mi hermana mayor y me dijo que ella me ayudaba y me daba trabajo pero que me fuera a vivir con ella y el esposo a Quito, como siempre al principio todo bien, después fue el infierno, el esposo de ella era peor que padre, todo me controlaba y a espaldas de todo era un sucio que le gustaba ver pornografía. Conseguí amistades casi de mi edad y otros mucho menores, me vi envuelta en chismes, problemas y tantas cosas que decidí volver a mi pueblo. Volví a mi trabajo el que dejé al principio; mi jefa ya no quería el local y me vendió todas las cosas y me convertí en la nueva dueña del negocio y empecé a trabajar con mi hermana menor. La última vez que salí a predicar fue un mes de octubre de 2015, dije “nunca más vuelvo a salir”, me harté del chisme que era como pan de cada día, me he sentido más tranquila puede decirse, pero lo que más me decepcionó de todo fue que hace más de un año entré a cirugía y me operaron de un tumor en el ovario.
Cuando regresé a casa después de la operación, ninguno de los hermanos que tanto decían estimarme me fue a visitar, solo otro de los ancianos fue porque vivía al lado de casa, mientras que todos mis amigos "mundanos" fueron a visitarme y siempre estuvieron pendientes cada día de mi salud y ellos no. Bueno al tomar el valor de salirnos de la religión con mi hermana menor nos enteramos de tantas cosas tapadas de los testigos en la congregación en la que estábamos. Empezando por un anciano que es médico que incluso a nosotras de pequeñas nos atendió, personas no testigos nos han contado cochinadas que ha hecho con pacientes tanto niñas como adultas y el mencionado era un médico respetado aquí en el pueblo pero una vez descubierto de su infidelidad con una testigo, se le descubrieron muchas cosas más, me indigna que hasta él mismo participaba en comités expulsando a otros y el haciendo cosas a espaldas de los demás. Recibió su comité y lo expulsaron pero lo volvieron a readmitir porque supuestamente se arrepintió de sus pecados! Después que me enteré de tantas cosas sigo creyendo en Dios pero no en ellos, ahora tengo esa paz que tanto deseaba; podré hacer cosas que antes me prohibían, tanto como estudiar ¡wao! estudiar, qué de malo tiene estudiar, ser alguien en la vida, por eso aconsejo a muchos de mis amigos que estudien que no dejen que nada les detenga y sean alguien en esta vida. No creo que Dios sea así como ellos lo pintan, ya llegará ese día en el que él juzgue a cada uno de nosotros y mientras tanto HAY QUE VIVIR!