PARTE I MIS COMIENZOS DENTRO DE LA SECTA Siendo muy joven y saliendo de la adolescencia me fui a estudiar a U.S.A. Meses después, mi hermana, quien vivía en otro Estado de U.S.A, me comentó que había comenzado a estudiar la biblia con los testigos de jehová y me explicó que había cosas que ahora ella no celebraba, como los cumpleaños, navidades, etc etc y eso me llamo la atención y decidí buscar a los testigos para que me explicaran eso. Dos “gringas” me comenzaron a dar estudio, de allí es mi seudónimo, Linda Slater, en memoria de ellas dos, jajaja. Empecé a asistir a un grupo en español y a progresar hasta el punto de que ya en un año y medio me estaba bautizando. Pero algo que me llamaba la atención, era que en ese tiempo en casi todas las congregaciones de habla inglesa había un o una ungida, eran muchos en U.S.A, de hecho uno de los que me hizo las preguntas para el bautismo, era un ungido norteamericano que estaba en el grupo de español. Y más me sorprende que cuatro años después, cuando regreso a mi país Venezuela, habían muy pocos ungidos, creo que se podían contar con los dedos de mi mano y sobraban dedos. Me preguntaba que ese dios Jehová es parcial, porque escoge precisamente a los gringos para ser ungidos. Qué raro era para mí eso, nunca me cuadró. PARTE II ESTANDO DENTRO DE LA SECTA Ya estando en mi país, por supuesto comencé a reunirme, y al tiempo me caso en “el señor” muy obediente yo, al poco tiempo mi esposo es nombrado anciano de congregación y yo precursora. “Privilegio” que nunca disfruté, eso cansaba muchísimo, salir a predicar y luego a dar estudio... así que NUNCA sentí ese gozo que dicen los precursores sentir. Estando casada con un anciano “disfruté” de las tantas invitaciones que uno le hacían a reuniones sociales, donde siempre invitaban a las mismas personas, los ancianos y sus esposas, algo que siempre me hacía sentir incomoda, e inclusive a veces le comentaba a las otras esposas de los ancianos, que porqué no invitábamos a otros del salón, ellas solo se sonreían o cambiaban el tema. Al tiempo, salí embarazada y yo FELIZ, porque fue la excusa perfecta para dejar el precursorado. Tuve dos hijos, hembra y varón. Fuimos una familia que a pesar de que mi esposo era anciano, nunca fuimos fanáticos, nunca obligamos a mis hijos a ir al salón, a predicar, y mucho menos a a que se bautizaran. Nos empeñamos en que ellos tuvieran buenos valores, que fueran buenas personas, que se prepararan seglarmente. Y creo que lo logramos porque son excelente jóvenes. Y por eso nunca compartí el criterio de la secta, que SOLO los jóvenes testigos, son buenas personas. Concepto totalmente errado dentro de la secta. PARTE III MI SALIDA En una oportunidad, me puse a investigar a los testigos mediante el Internet, y comencé a leer cosas que me sorprendieron, estas cosas las compartía con mi esposo, él entendía todo, pero nunca investigaba como lo hacía yo. Con el tiempo, luego de muchos años de casada, nos divorciamos, por cuestiones que no tiene que ver con esto, actualmente él está expulsado, y yo seguía investigando hasta el punto que entré (alrededor de hace más dos años) en los grupos de Facebook de ex testigos. Y llegó el momento que no quería ir más al salón, ¿a oír que? ¿a oír cosas que ya yo ni creía? Para mí, no fue nada fácil dejar el salón, por varias razones: en general me llevaba bien con los testigos, siempre acostumbro a ver lo bueno a las personas y creo que eso me ayudó en mi trato con ellos. Pero tomar esa decisión de dejar de ir al salón, me costó noches sin dormir, quería hacerlo de un solo golpe, no dejar de ir poco a poco, como hacen algunos. Así que por mensajes en privados conversé con algunos ex testigos en los grupos de Facebook y ellos me ayudaron de una u otra forma. Hasta que el domingo 18 de Enero de 2015, dejé de asistir y así fue, no fui más. Recibí un par de visitas y llamadas de los ancianos y del superintendente de circuito, pero tuve una buena excusa del porqué deje de asistir. Relativamente, tengo poco tiempo de haber salido de la secta, y sé que trae muchas secuelas emocionales en cada uno de nosotros que fuimos atrapados por ellos. Pero creo que lo he ido superando muy bien. Mis hijos fueron los primeros que se alegraron cuando dejé de asistir. Ellos siempre me veían que llegaba cansada del trabajo, pero por compromiso iba al salón. Sé que la vida del testigo de a pie, es muy fuerte. Ser testigo es realmente tener dos caras, aparentar que te gustan todas esas reglas, cuando todos los ex testigos sabemos que eso no es verdad, ¡eso nos agota! Pero tengo la satisfacción, que nunca fui una fanática, traté y trato a la gente a mi alrededor igual que como todos, nunca tuve esa diferencia que tiene el testigo, con aquel que no es testigo. Ahora que dejé de asistir, que estoy en LIBERTAD, me doy cuenta de la gran influencia mental que la secta le transmite a uno, salirme fue un gran paso e inclusive narrar parte de mi historia es otro paso más. Y ánimo a todos aquellos que aun están allí por compromiso, a que se armen de valor y la dejen, porque esta la felicidad de cada uno de nosotros en primer lugar. Atte Linda Slater