Crecer como testigo de Jehová
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¿Quién es el Cuerpo Gobernante?

Los testigos de Jehová tienen un grupo pequeño de superintendentes (actualmente siete) a quienes llaman “Cuerpo Gobernante” y son quienes dictan las doctrinas y dirigen la obra mundial. Aunque recientemente la organización se ha retractado con respecto a usar los “tipos y antitipos” (por décadas se enseñaba que las parábolas y algunos eventos de la Biblia tenían un cumplimiento en la época bíblica y otro cumplimiento en nuestra época), se sigue usando la parábola del esclavo fiel y discreto descrita por Jesús como prueba de que “ellos” fueron nombrados por Dios para dirigir a su pueblo en 1919: “En 1919, poco después de ser entronizado, Jesús nombró al esclavo fiel y discreto. Mediante este conducto fácil de reconocer, Cristo ha ayudado a sus seguidores a estar espiritualmente limpios.” (Reino de Dios pag. 101)

Mateo 24:45-47 “45 ¿Quién es, verdaderamente, el esclavo fiel y discreto a quien su amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento al tiempo apropiado? 46 ¡Feliz es aquel esclavo si su amo, al llegar, lo hallara haciéndolo así! 47 En verdad les digo: Lo nombrará sobre todos sus bienes.”

Por muchos años se entendió que ese “esclavo fiel” representaba a todos los testigos ungidos que tenían la esperanza de vivir en el cielo como reyes y sacerdotes. En la Atalaya de julio de 2013 se nos explica que ahora el “esclavo fiel” son los miembros del Cuerpo Gobernante solamente: “Según el patrón que Jesús fijó de alimentar a muchos por medio de unos pocos, ese esclavo está compuesto por un pequeño grupo de hermanos ungidos que participan directamente en preparar y proveer alimento espiritual durante la presencia de Cristo. A lo largo de los últimos días, estos hermanos ungidos que constituyen el esclavo fiel han estado sirviendo juntos en la sede mundial. Hoy, ese esclavo es el grupo de cristianos ungidos que forman el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová.”
Los testigos de Jehová han de guardar total obediencia al esclavo para poder obtener la bendición de Dios: “De igual forma en la actualidad, el esclavo fiel, mediante su Cuerpo Gobernante, ha aclarado cuestiones importantes como la neutralidad cristiana, la santidad de la sangre y el consumo de drogas y tabaco. Jehová ha bendecido a su pueblo por la obediencia mostrada a su Palabra y al esclavo fiel. Al someterse a la clase del esclavo, el pueblo de Dios demuestra que se sujeta al Amo, Jesucristo.” Y es, además, un deber sagrado de todo testigo ser obediente al esclavo: “Jesús ha encomendado sus bienes en la Tierra al esclavo colectivo, descrito como un templo santo, y por eso dicho esclavo tiene en la congregación ciertos derechos y obligaciones que son competencia exclusiva suya. De ahí que todos consideremos un deber sagrado acatar las instrucciones del esclavo fiel y su Cuerpo Gobernante.” (Atalaya 07 1/4)

Los testigos creen que sin el esclavo fiel no tendrían conocimiento de Dios: “Las otras ovejas reconocen que se benefician muchísimo de la atención diligente del esclavo fiel, quien les proporciona alimento espiritual muy oportuno. También reconocen con humildad que, si no fuera por él, no sabrían nada o casi nada de verdades bíblicas tan valiosas como la soberanía de Jehová, la santificación de su nombre, el Reino, los nuevos cielos y la nueva tierra, el alma, el estado de los muertos y la verdadera identidad de Jehová, su Hijo y el espíritu santo.” (Atalaya 07 1/4)

Los testigos creen que se necesita ser sumiso al esclavo fiel y los ancianos nombrados, aunque no se entienda claramente el motivo de lo que se está haciendo: “Pero ¿y si no estamos convencidos de que ciertas instrucciones de los ancianos sean las mejores? Aquí es donde entra en juego la sumisión. No es difícil obedecer cuando se ve todo claro y se está conforme, pero, como veremos, ser sumiso de verdad implica ceder aunque uno no comprenda el motivo de determinada instrucción.” (Atalaya 07 1/4)
Los testigos de Jehová creen que es necesario obedecer al Cuerpo Gobernante para poder obtener la salvación: “Por lo tanto, para entrar en el descanso de Jehová —es decir, tomar parte en él—, debemos obedecerle y colaborar en el cumplimiento de su propósito según nos lo va aclarando su organización.” (Atalaya 11 15/7)

Ningún testigo de Jehová puede compartir opiniones personales o ideas independientes respecto a sus creencias de la Biblia que vayan en contra de lo que enseña el esclavo, pues quienes hacen esto son considerados “apóstatas” y se les ve como enfermos mentales: “La Biblia pide a los cristianos que “eviten” a los apóstatas, o, según otras versiones, que “se aparten”, “permanezcan lejos” e incluso “huyan” de ellos. ¡Más claro, imposible! ¿Cuál es nuestra reacción cuando un médico nos manda evitar todo contacto con alguien porque tiene una enfermedad mortal muy contagiosa? Ante una instrucción tan directa, no nos cabe ninguna duda de que debemos seguirla rigurosamente. Pues bien, Jehová, el Gran Doctor, nos manda evitar todo contacto con cualquier maestro desleal a la verdad, pues es alguien “mentalmente enfermo” que procura infectarnos con sus doctrinas.” (Atalaya 11 15/7)

A partir de la reunión anual de 2012, el Cuerpo Gobernante asumió el rol del “esclavo fiel” completamente. Esta autoridad, aunado a la creencia de que ellos solamente son quienes dictan las doctrinas y se les debe la obediencia como un deber sagrado para poder obtener la salvación, les confiere un poder absoluto sobre los testigos de Jehová. Por lo que has leído, notarás que es de suma importancia saber si ellos realmente representan a Dios, porque según las doctrinas de los testigos, sin el conocimiento que ellos te proporcionan, sin tu sumisión a ellos sin cuestionarles absolutamente nada, sin tu deber sagrado de obediencia absoluta, no puedes tener una buena relación con Dios ni la vida eterna que Jesús prometió, además de que tus relaciones familiares con tus parientes testigos se verían sumamente afectadas.

¿Qué pruebas tienen de haber sido nombrados por Jehová?
  1. Según la Biblia, en el pasado Dios mostraba su aprobación por medio de otorgar poderes como milagros a sus profetas, la Biblia dice que los apóstoles tenían la capacidad de curar enfermedades y lo hacían en público. Incluso Jesús mostró haber sido enviado por Dios al hacer milagros. Ningún miembro del Cuerpo Gobernante tiene dichos poderes.
  2. Según la Biblia, un representante de Dios se hacía notar cuando las profecías que mencionaba en su nombre se cumplían: ”Sin embargo, el profeta que tenga la presunción de hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta tiene que morir. Y en caso de que digas en tu corazón: “¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?”, cuando hable el profeta en nombre de Jehová y la palabra no suceda ni se realice, esa es la palabra que Jehová no ha hablado. Con presunción la habló el profeta. No debes atemorizarte de él’. Deuteronomio 18:20-22. El 100% de las profecías que han dicho los miembros del Cuerpo Gobernante y “el esclavo fiel” han estado equivocadas, como mejor ejemplo el cambio en la doctrina de que la generación de 1914 no moriría sin ver el fin, y que el fin vendría en el siglo XX; además las predicciones específicas del fin del sistema de cosas en 1914, 1925, 1975, etc. ¿Crees que es Dios quien les ha revelado incorrectamente las fechas?
  3. La muestra de que están siendo guiados por el Espíritu Santo: Las doctrinas hechas por “el esclavo fiel” han tenido múltiples contradicciones, muchas antes eran vistas como apostasía y ahora son doctrinas oficiales, y viceversa. Para eso puedes revisar la misma biblioteca en línea de la JW. Ellos se justifican en el hecho de que “la luz se hace más brillante”, pero si investigas, verás que en realidad “la luz es muy contradictoria”, como si Dios estuviera manteniéndolos en continua confusión. ¿Crees que es Dios quien ha causado la confusión?
La única prueba que se tiene de que el Cuerpo Gobernante es “el esclavo fiel” y fue nombrado por Dios es su propia afirmación de serlo. Pero, ¿no dicen eso todos los líderes de todas las religiones? Durante mi infancia recuerdo que si le preguntabas a algún testigo en México quiénes eran los miembros del Cuerpo Gobernante, ninguno te podría decir sus nombres; en las últimas décadas se les ha dado especial relevancia al grado de tratarlos como estrellas, donde quiera que llegan hay personas que quieren tomarse fotos con ellos, se les brinda atención especial y cuarto de hoteles y cenas de gala. Incluso al grado de escribir “Cuerpo Gobernante” con mayúsculas (hasta 1971 se escribía con letras minúsculas, posteriormente se empezaron a usar mayúsculas, como título) y agregar ese título a la nueva traducción del Nuevo Mundo en Hechos, siendo que en la Biblia las palabras “Cuerpo Gobernante” no aparecen ni una sola vez.

Me llama la atención que en la Atalaya de 1 de marzo de 1981, la idea de que un grupo pequeño de cristianos y no todos los ungidos fueran el “esclavo fiel” se consideraba apóstata, y ahora esa es la doctrina oficial. La congregación cristiana del siglo primero no estaba organizada de forma central, ni el concepto ni las palabras “Cuerpo Gobernante” aparecen en la Biblia, de hecho Pablo inició su ministerio guiado por el Espíritu Santo, sin contar con guía de ningún miembro de la congregación de Jerusalén, y viajó a Jerusalén hasta 3 años después de su conversión.
Gálatas 1:17-19 “Tampoco subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo, sino que me fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. Entonces, tres años después subí a Jerusalén para visitar a Cefas, y me quedé con él quince días. Pero de los apóstoles no vi a ningún otro, sino solo a Santiago el hermano del Señor.”

Y la Biblia dice que era el Espíritu Santo quien guiaba la obra, no un grupo de cristianos específico: “Además, atravesaron Frigia y el país de Galacia, porque el espíritu santo les había prohibido hablar la palabra en el [distrito de] Asia. Además de eso, al bajar a Misia, se esforzaron por entrar en Bitinia, pero el espíritu de Jesús no se lo permitió.” Hechos 16:6,7
El concilio de Jerusalén nombrado en Hechos 15, estaba formado por los apóstoles, los ancianos de Jerusalén y Pablo y Bernabé (no solo por un grupo pequeño de cristianos), todos ellos se juntaron para tratar el tema de la circuncisión, pero parece haber sido algo excepcional, al grado de tener que mencionarlo en la Biblia. Las palabras “cuerpo gobernante” fueron mencionadas por vez primera hasta 1943, y por décadas fueron usadas para representantes de la corporación legal de la sociedad Watchtower (sociedad que usan los testigos de Jehová como representante legal), todo el poder doctrinal caía sobre el presidente de la sociedad. La Watchtower muestra falta de honestidad al tratar de aparentar que hubo un Cuerpo Gobernante desde que inició la obra de predicación.

¿En qué influye esta doctrina en tu vida?
Jesús prometió estar con los cristianos por siempre: “¡Miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 28:20) La doctrina de que el “esclavo fiel” fue nombrado en 1919 deja a los cristianos sin guía por parte de Jesús por 19 siglos. Uno esperaría que la definición de “testigo de Jehová” sería alguien que adora a Jehová, pero en realidad, si afirmas que adoras a Jehová pero no crees en el Cuerpo Gobernante, entonces no eres considerado testigo de Jehová. De hecho, en un comité judicial (juicio con los ancianos de la congregación), aunque indiques que adoras a Jehová y crees en la Biblia, si confiesas no creer en que el Cuerpo Gobernante fue nombrado por Dios, eres considerado apóstata y expulsado de la congregación.

El Cuerpo Gobernante le ha quitado la posición de mediador entre los hombres y Dios a Jesús, diciendo que la salvación solo se obtiene mediante la asociación del cristiano con el “esclavo fiel”: ”Él sirve de mediador del nuevo pacto entre Dios y aquellos a quienes se introduce en este pacto: la congregación del Israel espiritual. Cristo llegó a ser el Mediador para que los llamados “reciban la promesa de la herencia eterna” (Perspicacia, tema “mediador”). Se ha llegado a afirmar que la Biblia no se puede entender sin la ayuda del “esclavo fiel”: “Todo el que quiera entender la Biblia, debe apreciar que “la gran sabiduría diversificada de Dios” puede obtenerse solo mediante el canal de comunicación de Jehová, el esclavo fiel y discreto” (Atalaya 94 1/10)

Es bien sabido que el poder corrompe, y el poder que tiene el Cuerpo Gobernante sobre los testigos les da la autoridad para obligarlos a seguir sus indicaciones sin cuestionar, a expulsar a los disidentes y libre pensadores, a crear un sinfín de reglas sobre cómo vestirse, cómo hablar, cómo conducirse en todos los aspectos de la vida, a agregar todo tipo de actividades no permitidas en la congregación a la lista bíblica de pecados merecedores de expulsión, todo como condición para la salvación. Al grado de decir lo siguiente: “En ese momento, las instrucciones que reciban de la organización de Jehová quizás no les parezcan aconsejables desde un punto de vista estratégico o humano. Pero todos nosotros debemos estar listos para obedecer todas las instrucciones que se nos den, nos parezcan o no prácticas, pues obedecerlas nos salvará la vida.“ (Atalaya 13 15/11)

Los cristianos sinceros deben preguntarse si están en realidad siguiendo a Jesús, o están haciendo lo que Pablo advirtió, siguiendo a hombres. 1 Cor. 7:23: “Ustedes fueron comprados por precio; dejen de hacerse esclavos de los hombres.” Hay quienes dicen que la prueba de que el “esclavo fiel” fue nombrado por Dios es que nos ha dado las creencias más acertadas de la Biblia, a diferencia de las iglesias de la cristiandad pero, ¿es eso cierto?

Pregúntate: ¿El “esclavo fiel” pasa las pruebas de mostrar ser guiado por el Espíritu Santo, por mostrar su poder con milagros o por sus profecías cumplidas? ¿o ves que solo se ha auto proclamado el representante de Dios en la Tierra?
¿Eres una de las personas que confía en una organización de hombres su relación con Dios y su vida eterna?: “Durante muchos años, Elfi, una testigo de Jehová de edad avanzada, ha obtenido consuelo y ayuda al seguir los consejos bíblicos que se hallan en las publicaciones de la clase del esclavo. “¿Qué haría sin la organización de Jehová?”, reflexiona llena de gratitud.” (Atalaya 06 15/7)

Si te preguntas qué es lo que ganan los miembros del Cuerpo Gobernante al estar en esta posición privilegiada, te dejo con un pensamiento que escribió Raymond Franz, un ex miembro del Cuerpo Gobernante:
“En el otoño de 1979 se me asignó que efectuara una "visita de zona" a algunos países donde el gobierno había proscrito la actividad de los testigos de Jehová. Sabiendo cuán fácilmente algo pudiera suceder para ocasionar mi detención y encarcelamiento, concluí que era mi obligación el discutir algunas de mis preocupaciones con mi esposa. (En vista de sus problemas de salud previos, que incluían una afección de la sangre que casi causó su muerte en 1969, decidí que era mejor hacer el viaje solo.) Aunque ella no podía dejar de estar consciente de mi carga emocional, yo nunca había discutido con ella las circunstancias que habían producido tal estado, cuáles eran los asuntos que me estaban afectando. No me había sentido en libertad de hacerlo. Ahora sentía que, no sólo era lo apropiado, sino también mi obligación el considerar con ella lo que yo había percibido, particularmente a la luz de las Escrituras. ¿Cómo podía yo permitir que seres humanos me impidieran discutir con mi propia esposa las verdades que yo veía en la Palabra de Dios? Para ese tiempo concluimos que el curso aconsejable para nosostros era el de terminar nuestra actividad en las oficinas internacionales. Sentíamos que nuestra paz de mente y corazón, como también nuestra salud física, así lo requerían. También abrigábamos la esperanza, aunque tenue, de quizás tener un hijo y habíamos, de hecho, consultado -confidencialmente- con dos médicos al respecto, incluyendo a uno de los doctores del personal de las oficinas internacionales, Dr. Carlton. (Mi esposa es trece años más joven que yo. Reconocimos los riesgos que los médicos nos presentaron, pero estábamos dispuestos a enfrentarlos). Yo tenía cincuenta y siete años y sabía que sería difícil conseguir empleo seglar debido a esto. Pero confiaba que de alguna manera todo resultaría bien. La decisión no fue fácil. Me sentía desgarrado por dos deseos. Por un lado pensaba que al permanecer en el Cuerpo Gobernante podría hablar a favor de los intereses de otros, a favor de la verdad de las Escrituras, a favor de moderación y ecuanimidad, aunque mi voz se escuchara con irritación o simplemente se ignorara. Presentía que el período de tiempo en el cual yo iba a poder hacer tal cosa estaba rápidamente acortándose, que fuera cual fuera la voz que tuviese en las discusiones en el Cuerpo Gobernante ésta pronto sería acallada, silenciada. El deseo de sentirme libre de la atmósfera de sospecha que se estaba desarrollando, de estar libre de la participación en una estructura de autoridad que yo no podía defender bíblicamente y de las decisiones que no podía moralmente respaldar, pesaba con igual fuerza sobre mí. Si hubieran sido mis metas la seguridad y el confort, con toda certeza hubiera optado por quedarnos Cynthia y yo donde estábamos, pues allí, como miembros de las oficinas centrales, se atenderían todas nuestras necesidades físicas. Nuestros muchos años de servicio nos permitirían ciertos privilegios como el poder escoger entre los cuartos más deseables periódicamente disponibles en los varios grandes edificios de la Sociedad. Nuestro tiempo de vacaciones aumentaría a unas seis semanas por año y, por ser miembro del Cuerpo Gobernante, siempre sería posible combinar este tiempo con compromisos para discursos que nos permitían visitar lugares en todos los Estados Unidos y Canadá, o combinarlo con visitas de zona que brindaban la oportunidad de viajar alrededor del mundo (los miembros del Cuerpo Gobernante pueden regularmente tomar sus vacaciones en lugares sobre los cuales la mayoría de la gente solo puede soñar). Solamente en 1978, mi esposa y yo efectuamos unos cincuenta viajes en avión, y durante los años habíamos viajado a numerosos países en la América Central, America del Sur, Asia, Europa, Africa y el Medio Oriente. Si prestigio y prominencia hubieran sido cosas que ambicionaba, razonablemente yo no podía pedir más. Por entonces, de cada invitación a pronunciar discursos que aceptaba, yo rehusaba otros tres o cuatro mensualmente. Al nivel internacional, si estuviera por viajar a París, Atenas, Lisboa, Ciudad de México, Sao Paulo, o cualquier otra ciudad importante, solo sería necesario hacérselo saber a la oficina sucursal y una reunión a la cual miles de Testigos de Jehová asistirían se prepararía. Era cosa común el dirigirme a audiencias de entre cinco a treinta mil personas. En virtualmente cualquier lugar que va un miembro del Cuerpo Gobernante es el invitado de honor entre sus compañeros Testigos. (Todo esto trajo a mi mente las palabras de Jesús de Mateo 23:6). Con relación al Cuerpo Gobernante mismo, me era bastante evidente que la estima de los compañeros en el Cuerpo se podía afianzar simplemente por expresar a menudo el apoyo total de uno por la organización y, con raras excepciones, por medio de percibir en qué dirección se inclinaba la mayoría de discusiones, y expresarse y votar en tal dirección. No estoy hablando con cinismo. Aquellos pocos en el Cuerpo que en ocasiones se vieron impelidos a expresar sus objeciones de conciencia en cuanto a algunas posiciones, reglas o enseñanzas tradicionales, saben -aunque no lo expresen- que esto es así.“
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